El fish and chips estaba malo... o, porqué Mudito las está pasando putas

Después de 7 Glandes Premios y de tener el líder más negro de la historia de la F1, lo cual no quiere decir que lo sea mucho, más o menos todos los pilotos han hecho su declaración de intenciones de cara a conseguir el título de campeón.

A estas alturas está bastante claro que el título se decidirá entre los dos pilotos de McLaren y los dos pilotos de Ferrari. Desengañémonos, Ferrari parece haber tenido un bajón en el nombrado periplo americano y tambíen en Montecarlo, pero puede no deberse a una falta de rendimiento en concreto.

Primero, en Montecarlo McLaren siempre va bien, le tienen la medida tomada y normalmente aun con coches que el resto de la temporada son un churro, en Montecarlo lo hacen bien. Si se trata de una temporada en la que el coche es bueno, pues entonces les sacan un minuto al resto.

Por otro lado en el asunto transoceánico creo que McLaren ha hecho una mejor labor con el coche, siguiendo una dirección concreta en la evolución del vehículo, pero además llegando muy rápido al set-up óptimo. Prueba de ello es que tanto en clasificación donde lo que cuenta es un coche la ostia de rápido, y en carrera, McLaren ha arrasado, por lo tanto el trabajo en general del equipo ha sido bastante mejor que el de sus competidores.

Pero ello no quiere decir que en Francia suceda lo mismo. Nadie debería estrañarse si de repente, en Magny-Cours, la primera fila el sábado se la adjudican los de rojo. No podemos olvidar que Massa arrasó en Montmeló, y la evolución que haya podido tener McLaren no ha sido tanta como para explicar al ventaja cosechada, la combinación de esa evolución con un trabajo rápido y preciso de puesta a punto si, pero la evolución por si sola no.

Pues en fin, voy a lo que pretendía que fuera el objeto de este texto. De los cuatro pilotos que se juegan las primeras posiciones, hay uno que las está pasando canutas. Y no, no es Fernando Alonso, ese simplemente la está cagando. El que las está pasando putas es Kimi Räikkönen.

El ex pupilo de Ron Dennis probablemente se esté enfrentando al mayor reto que se ha encontrado hasta ahora. Primero hay que ponernos en precedentes. Fernando Alonso Díaz pasó a McLaren después de ganar dos títulos con Renault, y después de pasar un 2006 en la lucha durante cada GP, con le tensión por las victorias omnipresente.

Felipe Massa viene de un 2006 donde a parte de intentar ayudar al bueno de Maicol, se reafirmó como piloto de carreras haciendo algunas poles, consiguiendo victorias y superando en su mayoría los errores del pasado. A parte de eso, disponía del mejor coche de la parrilla, si más no el más rápido muy a menudo, y como Alonso, estaba en la lucha por las primeras posiciones carrera tras carrera.

Leweis el negro Hamilton viene de un 2006 donde consiguió la GP2 de forma contundente, con un inicio de temporada espectacular donde tan sólo él parecía ir rápido. Remontadas espectaculares, tiempos estratosféricos, y un montón de km con el simulador de McLaren. En su caso la tensión de luchar por las victorias también estaba presente en su dia a dia.

Pero ahora viene la cruz. El 2006 de McLaren fue un churro. Un churro de los gordos, frio, pasado y demasiado aceitoso. Consecuencia de ello fue que el bueno de Mudito a penas podía luchar por puntuar y recoger las migas de Ferrari y Renault. En su caso la tensión de la lucha por la victoria, la tensión de conseguir ese plus que hace que coche y piloto vayan más rápido de lo que parece que puedan ir, era inexistente.

Un año entero bajo esas circunstancias estoy convencido que merma la capacidad de cualquiera. Bajo mi punto de vista, y eso es tan solo una opinión, a Kimi se le está haciendo el paso a Ferrari una montaña precisamente porqué el año pasado no pudo brillar con todo su esplendor. Al encontrarse con un equipo nuevo, con posibilidades de victoria, pero con un coche muy distinto, la cosa se le ha ido haciendo grande. Mucho más grande si tenemos en cuenta que su compañero viene de donde viene y está habituado al modus operandi tanto del coche como del equipo.

Kimi tiene este año una prueba de fuego. Si de aquí a final de temporada logra deshacerse de la “lentitud” que ganó en McLaren el año pasado, superará a su compañero de equipo. Si por lo contrario se hunde en una cadena de desastres que le llevan a estar por detrás por definición y a no llegar nunca a tener a la confianza máxima en el coche para así fluir con él a su velocidad natural por las pistas que conforman el calendario, entonces mudito difícilmente podrá volver a ser el que era.